Decálogo de Consejos
Desaparece de tu mente todos los
números no-esenciales. Esto incluye tu Edad, Peso y Altura. Deja que tu médico
se preocupe por ellos, para eso le pagas.
Mantén solo amigos alegres. Los
cascarrabias te detienen, si realmente necesitas uno, probablemente tengas un
miembro de tu familia que pueda llenar esa necesidad.
Continúa aprendiendo. Aprende más
sobre la Computadora ,
Manualidades, Jardinería, lo que sea... Nunca dejes al cerebro ocioso, un
cerebro ocioso es morada del demonio... y el nombre de ese demonio es
Alzheimer.
Disfruta las cosas simples. Cuando
tus hijos son pequeños, son pocos lujos los que te puedes dar. Cuando están en la Universidad , son pocos
lujos los que te puedes dar. Cuando se han ido y estas retirado, son pocos
lujos los que te puedes dar.
Ríe mucho, largo y tendido. Ríe
hasta que se te vaya el aliento. Ríe tanto que la gente te pueda encontrar en
un lugar distinguiendo tu risa.
Llora cuando haya que llorar... Las
lágrimas son naturales, súfrelo, laméntalo, recuérdalo y luego sigue adelante.
La única persona que estará con nosotros toda nuestra vida, seremos nosotros
mismos.
Rodéate de lo que quieres, ya sea de
tu familia, mascotas, recuerdos, música, plantas, hobbies, lo que sea... Tu
Casa es tu refugio.
Celebra y disfruta tu salud, cuida
de ella. Si es buena, consérvala. Si es inestable, mejórala. Si está más allá
de cualquier mejora, pide ayuda.
No te enrolles en un viaje de
culpa... lo que pasó, ya está en el pasado. Toma mejor un viaje a otro país, al
centro comercial o a un pueblo cercano, pero NO adonde te lleve la culpa. No te
arrepientas de nada. Aprende de la experiencia y sigue adelante.
Dile a las personas que amas, que
las amas, en toda oportunidad.
Recuerda, la Vida no se mide por el número
de respiros que damos, sino por los momentos que nos quitan el aliento.
Cada minuto de enojo son sesenta
segundos perdidos de felicidad.
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