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Bienvenidos aventureros digitales, en espacio de la gran red se encontraran con diversos temas y textos de interés, sobre todo relacionados con los temas de la vida y el esoterismo. Yo soy el que soy, Don Mario, su servidor. Estaré aquí para contestar sus preguntas, guiarlos por su camino y aconsejarlos en la vida.

lunes, 13 de agosto de 2012



Oración de conciliación


Mi Dios, fuente inagotable de gozo y paz, te pido la gracia de dar, compartir y consolar. Permíteme: aliviar el dolor de una herida, levantar un espíritu caído, solucionar una discordia, ir en busca de un amigo olvidado, desechar una sospecha y reemplazarla
por confianza, animar a quien haya perdido la fe, mantener una promesa, enterrar viejos resentimientos y rencores, reducir mis demandas sobre los que me rodean, luchar por un ideal, expresar gratitud, vencer el miedo, apreciar la belleza de la naturaleza, decirle a los demás que los amo.

Señor, Espíritu de amor, esperanza eterna, te ruego que pongas, en forma constante, directa e inmediata, nuevas ideas en mi mente, para acercar a todos a la luz de Tus palabras. Bríndame nuevas perspectivas y enséñame a dirigir mi vida, con sus éxitos,
fracasos, agonías y éxtasis, hacia la caridad que no espera recompensas. Renueva mi corazón y coloca en él deseos de paz y justicia. Fortalece mi voluntad, calma mis emociones. Permite que lo que escuche de Ti, interiormente, sea la silenciosa vuelta
hacia Ti de las cinco facultades o poderes de percepción, a través de los cuales, creo verdaderamente, que haz venido a mí, una y otra vez, durante el transcurso de mi vida.

Susurra palabras al oído de mi alma, estimula los recuerdos valiosos y necesarios para hacerle frente a los momentos de desaliento. Revélame: quién eres Tú, quien soy yo y que significa mi mundo y mi vida para Ti.

Cristo, mi Sanador y mi Salvador, abandono a tus pies los recuerdos que me obsesionan, las ansiedades que me desconciertan, los miedos que me sofocan, la enfermedad que me acompaña y la frustración de todos los sufrimientos que se
entrecruzan en mi interior.

¡Oh Señor! Ayúdame a ver: tu claridad en mi confusión, tu perdón en mi debilidad, tu luz en mi ceguera, tu misericordia en mi necesidad. Consuélame con tu infinito amor, oriéntame con tu sabiduría, fortaléceme con tu poder sanador y enséñame con tu
verdad y tu vida.
Amén.


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