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lunes, 13 de agosto de 2012



Meditación para una vida feliz y llena de significado

De cómo comenzar a estirmar a los demás y de aquel modo hacerles un bien.

Tags: budismo, meditación, amor, budistas
Cuando pensamos que tanto los demás como su felicidad y libertad son importantes, los estamos estimando. Si estimamos a los demás, de forma natural realizaremos acciones que los harán felices. De este modo disfrutaremos de una vida feliz, apacible, con armonía y llena de significado. Podemos comenzar a realizar esta práctica con nuestros familiares, amigos y las personas que nos rodean, y poco a poco ampliarla hasta abarcar a todos los seres sintientes sin excepción. De este modo, mostraremos con nuestro ejemplo cómo practicar el Dharma con sinceridad.
Shantideva dice en su Guía de las acciones del Bodhisattva:
«Toda la felicidad de este mundo
surge del deseo de que los demás sean felices».
Si lo analizamos con detenimiento, comprenderemos que toda nuestra felicidad, tanto la presente como la futura, es el resultado de estimar a los demás, es decir, de nuestro deseo de que sean felices. En nuestras vidas pasadas, puesto que estimamos a los demás, practicamos la disciplina moral al abstenernos de hacer daño, matar o robar. En ocasiones, debido a nuestro cariño por ellos, también practicamos la generosidad y la paciencia. Como resultado de estas buenas acciones, hemos obtenido este precioso renacimiento humano. Además, como en el pasado hemos ayudado y protegido a otros seres en ciertas ocasiones, ahora recibimos ayuda y disfrutamos de condiciones favorables.
Si estimamos a los demás con sinceridad, recibiremos innumerables beneficios tanto en esta vida como en las futuras. El resultado más inmediato será que muchos de nuestros problemas, como los provocados por el odio, los celos y el egoísmo, desaparecerán y nuestra mente disfrutará de paz y tranquilidad. Puesto que actuaremos con consideración, complaceremos a los demás y no discutiremos ni nos pelearemos con ellos. Si estimamos a los demás, desearemos ayudarlos en lugar de perjudicarlos y de forma natural evitaremos cometer acciones indebidas. De este modo, realizaremos acciones virtuosas, como practicar la generosidad, el amor y la paciencia, y crearemos las causas para obtener otro renacimiento humano en el futuro.
Si consideramos la práctica de estimar a los demás como nuestro adiestramiento principal, generaremos de manera gradual las preciosas mentes de gran compasión y bodhichita, y finalmente alcanzaremos la felicidad última de la gran iluminación


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