La función de los
chacras es la de proporcionar la energía necesaria para satisfacer las
necesidades de nuestro cuerpo. Estos centros de fuerza vital se manifiestan
primero en el cuerpo etérico que, a su vez, proporciona la energía necesaria
para el vehículo físico.
Además de manifestarse en el
cuerpo etérico, los chacras proporcionan energía a cada uno de los cuerpos
restantes*, ya que cada uno de ellos cumple una función concreta con sus propias
necesidades de energía. Así pues, cada chacra funciona a seis niveles distintos,
que se corresponden con cada uno de los seis cuerpos más allá del físico. La
energía que se suministra al cuerpo mental, por ejemplo, no es la misma que la
que se suministra al cuerpo astral.
Además de proporcionar
la energía para las necesidades diarias, los chacras superiores desempeñan una
función única. Son los medios para abrirnos el acceso a los Mundos Interiores.
Cada uno de estos centros (empezando por el chacra corazón), desempeña una
función vital que de manera directa nos acerca más a las divinidades superiores.
No obstante, hasta que no estemos cerca de la maestría, no se despertarán estas
energías divinas.
La columna vertebral contiene
una energía primordial que procede del Supremo y que corre
hacia abajo de la columna. Y otras dos fuentes de energía alimentan nuestros
chacras: La energía de la vitalidad, que procede del
Logos Solar y fluye hacia arriba por el lado derecho de la
columna; y el fuego de la kundalini, que sube por el lado
derecho de la columna vertebral procedente del Logos
Planetario. Estas tres enegías (procedentes del Supremo, de la
vitalidad y de la kundalini) entran por las puertas de los siete chacras y nos
proporcionan el combustible para nuestra evolución.
* Los siete cuerpos desvelados son: Cuerpo Físico,
Cuerpo Etérico, Cuerpo Astral, Cuerpo Mental, Cuerpo de Luz o Alma, Cuerpo
Espiritual o Adonaí y Mónada o Llama Divina.
El primer
chacra irradia los colores rojo y naranja y tiene cuatro radios. Su
fuerza vital, procedente del Logos Planetario se origina en el centro de la
Tierra y, como el radio, puede ser constructiva o destructiva. En el plano de la
evolución, la intención del Supremo es que la fuerza procreadora se abra camino
gradualmente subiendo por la médula espinal, entrando en cada uno de los chacras
superiores. Cuando el fuego del kundalini avanza lo suficiente, se acaba para
esta persona la lujuria, la agresividad, el odio, los prejucios y la
servidumbre.
El
segundo chacra se encuentra donde termina el vello púbico, recibe las
corrientes de vitalidad procedentes del sol y las distribuye por el cuerpo
entero. Contiene seis radios que irradian los colores rojo, naranja, verde,
azul, amarillo y violeta. Los paseos al aire libre, trabajar en el jardín,
visitar lugares naturales benefician enormemente este segundo chacra. En una
persona sana, este chacra alcanza los quince centímetros. En una persona enferma
su tamaño se reduce considerablemente y los colores pierden su brillo y se
palidecen.
El tercer
chacra se encuentra justo por encima del omblíguo. Contiene diez radios
e irradía los colores rojo y verde. Es el más sensible de todos los chacras. Si
nos fijamos, cuando algo nos preocupa mucho o recibimos una emoción muy fuerte,
sentimos un cosquilleo o nudo en el estómago. Es el tercer chacra que se acelera
de manera repentina. Funciona como una alarma de que algo se avecina: armonía o
discordia, orden o caos, seguridad o peligro. Es también el chacra que más
fácilmente se acelera al recibir la luz de Dios procedente del Espíritu
Interior. La preocupación oscurece sus colores, mientras que la fe y el valor
los iluminan.
El cuarto
chacra se encuentra en medio del pecho, a la altura del corazón.
Prevalece el tono rosado y sus doce radios emiten distintas intensidades de
azul. Refleja la naturaleza amorosa, compasiva y desinteresada del alma. El
chacra del corazón marca el principio del ámbito superior de centros de energía,
que nos prepara para la iluminación. Su desarrollo viene acompañado de la
expresión de un mayor amor y una actitud más solícita hacia todos los seres.
Cuanto más desinteresado sea nuestro amor, más fluirán las energías espirituales
y todas las formas de vida.
El quinto
chacra está relacionado con nuestra voz. Predominan los colores verde
hoja brillante, junto con un azul medio con suaves radiaciones blancas. Tiene
dieciséis radios. Cuando utilizamos el quinto chacra de manera constructiva,
podemos hablar de manera que inspira a los demás, en este momento estamos usando
la energía del fuego kundalini. Por el contrario, si la usamos de manera
destructiva, nuestra expresión puede mostrarse excesivamente locuaz o nervioso
en su manera de hablar. Lo más aconsejable cuando estamos con otras personas es
escuchar tanto como hablar.
El sexto
chacra se encuentra en la frente, entre las dos cejas. Tiene un brillo
opalescente de fondo, con emanaciones de azul pálido que se alternan con otras
de tono violeta-rosado. Hay noventa y seis radios y se le conoce como el
tercer ojo ya que trae consigo el don de la visión interior.
Los chacras quinto, sexto y séptimo, de hecho, estan sin desarrollar entre la
mayoría de población. La activación del sexto chacra coincide con el comienzo de
nuestro propio despertar espiritual. Empezamos a experimentar una transformación
tras otra.
El
séptimo chacra o chacra corona es muy hermoso, con novecientas lineas
de fuerza que emanan de su eje central. Los colores de sus pétalos van del
violeta al color orquídea entreverados de amarillo. Su desarrollo permite al
individuo salir de su cuerpo físico y viajar a los mundos interiores. Otra
función importante de este chacra es su papel en nuestra liberación en el
momento de la muerte, enviando una oleada de energía eléctrica que recorre todo
el cuerpo físico y etérico, poniendo fin a su funcionamiento. Con ello, el
cuerpo astral, pasa a ser el medio que utiliza el alma para regresar a los
Mundos Interiores, su tierra natal.
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