GUÍA DE LA BUENA ESPOSA
Ten preparada una
comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato
favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y
placentero.
Prepárate: retoca tu
maquillaje, coloca una cinta en tu cabello. Hazte un poco más interesante para
él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus
deberes es proporcionárselo.
Durante los días más
fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se
relaje frente a él. Después de todo, preocuparse por su comodidad te
proporcionará una satisfacción personal inmensa.
Minimiza cualquier
ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.
Salúdale con una
cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar
primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los
tuyos.
Nunca te quejes si
llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta
en cambio comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Si
tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de esta, ya que los
intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres. En
cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es
importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad
de dormir, que sea así; no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido
sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que
su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el
momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar
cualquier goce que hayas podido experimentar.
He sentido el deseo de poner esto en el panel
para que vean como se pensaba no hace muchos años y cual ha sido nuestra cuna y
la fuente donde hemos bebido nuestra cultura y machismo empedernido...
(INCREÍBLE PERO CIERTO)
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