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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Definición de Honestidad


honestidad
La honestidad es un valor o cualidad propio de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Una persona honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones. Así, esta cualidad no sólo tiene que ver con la relación de un individuo con otro u otros o con el mundo, sino que también puede decirse que un sujeto es honesto consigo mismo cuando tiene un grado de autoconciencia significativo y es coherente con lo que piensa. Lo contrario de la honestidad sería la deshonestidad, una práctica que comúnmente es repudiada en las sociedades contemporáneas, ya que se la asocia con la hipocresía, la corrupción, el delito y la falta de ética.


A través de la historia de la filosofía, la honestidad ha sido largamente estudiada por diferentes pensadores. Por ejemplo, Sócrates se dedicó a investigar sobre su significado y a indagar sobre qué es verdaderamente esta cualidad. Más tarde, filósofos como Immanuel Kant tratarían de componer una serie de principios éticos generales que incluyeran entre ellos a la conducta honesta. Otro filósofo, Confucio, distinguía distintos niveles de honestidad para su ética: y, de acuerdo con su grado de profundidad, les llamó Li, Yi y Ren.
La honestidad como cualidad ética o moral en sociedad está también muy ligada a la sinceridad, a la coherencia, la integridad, el respeto y la dignidad. Pero como la verdad humana nunca puede ser absoluta, la honestidad también es un valor subjetivo, en la medida en que depende del contexto y de los actores involucrados. Por esta causa se vuelve muy dificultoso establecer parámetros morales compartidos de una sociedad o de una cultura a otra, e incluso entre grupos o entre individuos estas concepciones pueden cambiar radicalmente y lo que para uno es una muestra de honestidad para otro no lo es.
En los distintos campos de una sociedad típica, además, el concepto de honestidad es variable y más o menos priorizado. Por ejemplo, se prioriza la honestidad en la ciencia, pero en los ámbitos políticos esta noción es mucho más debatible.


Autor: Victoria Sanz
La honestidad.

Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.

¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.
Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad.

La pregunta
Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor),
si fuera igualmente puro y franco,
tan puro y franco como tú,
igualmente libre de malas intenciones,
de extorsiones y engaños,
de planes para burlar al prójimo,
de planes para engañar al prójimo,
de planes para aplaudir al desalmado...
¿sería mejor el mundo?
Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra)
¿sería un mundo más noble,
totalmente despojado
de engaños y falsías,
la malicia, el egoísmo y la lujuria
se borrarían bajo esa costra
que cubre el corazón humano?
Dime, si a ti te imitara,
¿sería mejor el mundo?

BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS.

Desde ahí, uno empieza a entender la realidad de la honestidad.

Respeto

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El respeto o reconocimiento es la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo y se establece como reciprocidad: respeto mutuo, reconocimiento mutuo. El término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado en filosofía política y otras ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología.
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión.

Este principio se basa en dos teorías ético-morales que dicen textualmente:Principio de respeto o autonomía de las personas

  1. El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.
  2. Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.
Este principio de autonomía sirvió como base de la bioética desde los aspectos sociopolíticos, legales y morales aunque no para garantizar el respeto de las personas en las transacciones médicas.

El respeto como virtud moral

El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.
  1. Por defecto: el miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.
  2. Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.

Teoría del reconocimiento

En el campo de la filosofía social y práctica, Honneth está actualmente asociado con el proyecto de revitalizar la teoría crítica por medio de una teoría del reconocimiento o teoría del reconocimiento recíproco, cuyo primer bosquejo fue esbozado en su obra La lucha por el reconocimiento (edición original alemana de 1992, traducción al castellano de 1997). El trabajo de Honneth consiste en articular la dimensión descriptiva de una teoría del reconocimiento con la descripción prescriptiva de una teoría moral. Para ello, se apoya en la premisa antropológica según la cual "el hombre solamente es hombre entre los hombres" (Fichte), es decir que la relación práctica consigo se constituye en una relación con el otro. El reconocimiento fue inicialmente tratado por Hegel en su libro Fenomenología del espíritu.
¿ Que es el Respeto ?




El Respeto es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época. Tratar de explicar que es respeto, es por demás difícil, pero podemos ver donde se encuentra.

El respeto es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado, pero quien puede asegurarlo por que para nosotros; esta bien los que están de acuerdo con nosotros, sino lo están; creemos que ellos están mal, en su forma de pensar, pero quien asegura que nosotros somos los portadores de la verdad, hay que aprender a Respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.

Pero no solo a las personas se les debe el respeto más profundo sino todo aquello que nos rodea, a las plantas y animales, a la pequeña hormiga y la gran ballena, a los rios, lagos y mares. Todo como parte de la tierra se lo merece.

Es aceptar y comprender al humilde y al engreído, al pobre y al rico, al sabio y al ignorante, es por pequeña o grande que sea, física, moral o intelectualmente situarla en el mismo lugar de comprensión y comprender su forma de ser pues se comprende que ese ser humano se merece toda tu atención, no importando su condición.


cada quien es un ser libre y tú al igual que lo hace el cielo debes de darle libre albedrío a esa alma, en el camino de la evolución debe recorrer su propio camino, ah pero eso si antes de actuar paras bien o para mal te dice las consecuencias de tus actos y de ti es toda la libertad de actuar a tu propia decisión sabiendo de antemano las consecuencias de tus actos,

Pero. ¡ Que pobre ser es aquella persoque no puede respetar, al los animales y a las plantas, a los ríos y lagos, al más humilde de los hombres, al pequeño que camina delante de el, a la mujer con la que comparte su vida, a aquellas con las que se relaciona, al hombre que lo cree menos por n tener incapacidades físicas, al basurero que por sucio y humilde que sea su trabajo, sin el su vida seria un basurero, al engreído por que gracias a el al conocerlo puedes evitar ser como el, al colérico, por que puedes comprender la importancia de saberse controlar, al feo por que te ayuda a comprender que la belleza se encuentra en el alma, al ignorante por que sabes que es el comienzo de la sabiduría !.


Pero a veces se pierde el respeto a alguien ya sea por que lastimo a alguien de cualquier forma o por varias razones, casi se es inevitable, pero a lo que concierne este comentario, es solo para mencionar que cuando algo así pasa, se debe mantener ese respeto hasta donde sea prudente conservarlo si se tiene que actuar de una forma por demás imperiosa para resolver ese asunto aunque sea, algo reprochable ante los demás, hágalo, si en verdad intento, varios medios y no logro esa armonía, haga lo que tenga que hacer, que en nada es reprochable pues se tiene el derecho de tratar de convivir en paz,

El respeto, debe ser nuestra relación con los demás, sería una agradable forma de conducirse por la vida, pero aunque lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Por la forma en que se nos ha educado a relacionarnos con los demás, que a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trate de cultivar en su corazón el respeto, poco a poco, aliméntelo con el ejercicio constante de la misma, y vera lo bien que se sentirá consigo mismo, a veces tambaleara, y pensara que no lo logra, pero manténgase firme, hay tanto en la palabra de respeto y en su ejercicio, que preferiría lo meditara usted mismo y saque sus propias conclusiones, pues ellas se merecen toda su atención
La solidaridad
La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.
La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.
Un análisis del concepto del valor de la solidaridad nos ofrece los siguientes componentes esenciales:
1º Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros.
2º Reconocimiento: no toda compasión genera solidaridad, sólo aquella que reconoce al otro en su dignidad de persona. La solidaridad así tiene rostro, la presencia del otro demanda una respuesta.
3º Universalidad: “La desnudez del rostro”, la indefensión y la indigencia es toda la humanidad y simboliza la condición de pobreza de esfera intimista y privada.
¿Qué entendemos por solidaridad?
Su concepto ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos sus ámbitos. Para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros sólo una actitud de piedad centrada en la limosna y en la asistencia.
La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:
· La solidaridad es una virtud contraria al individualismo y al egoísmo.
· Se refleja en el servicio y busca el bien común.
· Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás.
· Requiere discernimiento y empatía –ponerse en el lugar del otro-
¿Por qué solidaridad?
Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.

Qué es la solidaridad ?


La solidaridad es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en épocas de guerra o de grandes de sastres naturales. De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.
Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto social, una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social. Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad en todas sus aristas, ya que no sólo será necesario llevar a cabo las acciones de las que se requerirá en momentos de guerra o desastres naturales, sino que será fundamental de aplicar cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos o familiares, tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto modo la situación.
No es de extrañarse entonces que la solidaridad se comporte como la base de muchos otros valores humanos o incluso, de nuestras relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad. En este sentido, la solidaridad nos permite sentirnos unidos a otras personas en una relación que involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal. En términos más generales, puede incluso permitirle al hombre sentir que pertenece a determinado lugar, en otras palabras, permite desarrollar sentimientos como los de pertenencia a cierta nación, manteniendo a los ciudadanos de un mismo lugar luchar juntos por un mismo motivo o trabajar unidos para lograr una misma meta




TOLERANCIA​, UN VALOR PARA CONSIDERAR​.

Podría decirse en términos generales que la TOLERANCIA consiste en no oponerse a algo,teniendo el poder o la capacidad para hacerlo, tolerar es aguantar, consentir, permitir, soportar, sufrir en silencio y en beneficio de otros.
El propósito de la TOLERANCIA es permitir la coexistencia pacífica de las personas. Es importante, por lo tanto , para ejercer la tolerancia, reconocer la individualidad y la diversidad , lo que permite eliminar las máscaras que crean los desacuerdos.
La semilla de la TOLERANCIA, sin lugar a dudas, es el AMOR. Semilla que debe plantarse con sumo cuidado desde la más tierna infancia . Cuando hay carencia de amor también hay falta de TOLERANCIA .
La familia es la primera escuela donde se aprende a ser tolerante, luego le corresponde a la educación formal afianzarla. Ella es una fortaleza interna que les permite a las personas afrontar dificultades y disipar malos entendidos ya que la TOLERANCIA cultiva la habilidad de calmar los sentimientos fuertes y encendidos de las personas.
El conocimiento y la perspicacia levantan como un escudo protector a la TOLERANCIA de manera que el individuo permanece íntegro y contento, no se siente amenazado ni por las personas que tratan de dañarlo, ni por las circunstancias que lo rodean.
Una persona que practica la TOLERANCIA es como un frondoso árbol cubierto de frutas las que ofrece generoso aún cuando se le esté agrediendo con palos y piedras, él siempre entregará sus flores y sus frutas con la misma intensidad de siempre.
Porque seamos capaces de cultivar este inapreciable valor , hago votos al Señor, a quien le pido que los bendiga y guarde con bien.
feli dia forito san miguel arcangel
archangels


Más en Univision.com: http://foro.univision.com/t5/San-Miguel-Arcangel/TOLERANCIA-UN-VALOR-PARA-CONSIDERAR/td-p/242677480#ixzz26HQVjFyi


La tolerancia.

Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.
El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.
Hay una tolerancia propia del que exige sus derechos: La oposición de Gandhi al gobierno británico de la India no es visceral sino tolerante, fruto de una necesaria prudencia. En sus discursos repetirá incansablemente que, “dado que el mal sólo se mantiene por la violencia, es necesario abstenerse de toda violencia”. Y que, “si respondemos con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terrorismo”. ¿Les suena esto en la actualidad mundial?. Además, “si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos”.
¿Cuándo se debe tolerar algo? La respuesta genérica es: siempre que, de no hacerlo, se estime que ha de ser peor el remedio que la enfermedad. Se debe permitir un mal cuando se piense que impedirlo provocará un mal mayor o impedirá un bien superior. Ahí entra en juego nuestro discernimiento. Defender una doctrina, una costumbre, un dogma, implica casi siempre no tolerar su incumplimiento. Con este concepto entendemos claramente que la verdad siempre surge desde la individualidad y que las verdades generalistas solo nos llevan a un camino de confusión.
De todas formas, hay dos evidencias claras: que hay que ejercer la tolerancia, y que no todo puede tolerarse. Compaginar ambas evidencias es un arduo problema.
Todos los análisis realizados por filósofos y estudiosos de la materia al respecto a la tolerancia aprecian la dificultad de precisar su núcleo esencial: los límites entre lo tolerable y lo intolerable. De nuevo, y como en casi todos nuestros acontecimientos diarios, debemos beber en la fuente de la sencillez, ella será la encargada de otorgarnos el discernimiento que nos de la inspiración para el obrar.
Hemos empezado hablando de la tolerancia como parte del “respeto a la diversidad”. Se trata de una actitud de consideración hacia la diferencia, de una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta de la propia, de la aceptación del pluralismo. Ya no es permitir un mal sino aceptar puntos de vista diferentes y legítimos, ceder en un conflicto de intereses justos. Y como los conflictos y las violencias son la actualidad diaria, la tolerancia es un valor que es muy necesario y urgentemente hay que promover.
Ese respeto a la diferencia tiene un matiz pasivo y otro activo. La tolerancia pasiva equivaldría al “vive y deja vivir”, y también a cierta indiferencia. En cambio, la tolerancia activa viene a significar solidaridad, una actitud positiva que se llamó desde antiguo benevolencia. Los hombres, dijo Séneca, deben estimarse como hermanos y conciudadanos, porque “el hombre es cosa sagrada para el hombre”. Su propia naturaleza pide el respeto mutuo, porque “ella nos ha constituido parientes al engendrarnos de los mismos elementos y para un mismo fin”. Séneca no se conforma con la indiferencia: “¿No derramar sangre humana? ¡Bien poco es no hacer daño a quien debemos favorecer!”. Por naturaleza, “las manos han de estar dispuestas a ayudar”, pues sólo nos es posible vivir en sociedad: algo “muy semejante al abovedado, que, debiendo desplomarse si unas piedras no sostuvieran a otras, se aguantan por este apoyo mutuo”. La benevolencia nos enseña a no ser altaneros y ásperos, nos enseña que un hombre no debe servirse abusivamente de otro hombre, y nos invita a ser afables y serviciales en palabras, hechos y sentimientos.
La tolerancia es un regalo desde los primeros años de la vida.


Valores Humanos para compartir / Paz
En su forma más pura, la paz es
silencio interno lleno del poder de la verdad.
La paz es la principal característica de una
“sociedad civilizada” y el carácter de esta sociedad
puede verse a través de la conciencia colectiva
de sus miembros.

El reto que se le plantea a la paz se presenta normalmente con la pregunta: “¿Son los seres humanos por naturaleza violentos o no violentos?” Si la respuesta es que son violentos, entonces el concepto de paz deja de tener sentido. La paz se ha convertido en algo tan utópico que la gente ha comenzado a cuestionar su existencia. La paz de la mente se ha convertido en un cliché popular, pero, ¿qué significa?
¿Qué es la paz?
La paz es energía, una energía cualitativa que emana constantemente de la única Fuente eterna. Es una fuerza pura que penetra en el caparazón del caos y por su propia naturaleza, automáticamente pone a las personas y las cosas en un orden equilibrado. El propio ser contiene un depósito de recursos vitales, uno de los cuales es la paz. Reconocer que la cualidad original del alma humana es la paz , significa dejar de buscarla en el exterior. Mediante la conexión con la única Fuente eterna e ilimitada de paz, nuestros propios recursos desbordan con fortaleza silenciosa. La paz, en su forma más pura, es silencio interno lleno del poder de la verdad.
La paz está compuesta de pensamientos puros, sentimientos puros y buenos deseos. Cuando las energías del pensamiento, de la palabra y de la acción están en equilibrio, estables y libres de violencia, la persona está en paz consigo misma, con sus relaciones y con el mundo. Ejercitar el poder de la paz abarca el principio fundamental de la espiritualidad: mirar hacia adentro para después mirar hacia fuera con valor, determinación y propósito. El primer paso en este proceso requiere un examen cuidadoso de los propios pensamientos, sentimientos y motivaciones. Al abrir la ventana del ser interno, las personas pueden clarificar y determinar las actitudes y patrones de conducta que son destructivos y que causan caos e intranquilidad .
Cómo comienza la falta de paz
En un momento dado, las personas dicen que desean tener paz en la mente y al momento siguiente dicen cosas hirientes. Los chismes inútiles esparcen la intranquilidad, al igual que lo hace la ira. La falta de paz comienza con unos pocos pensamientos de ira, contundentes, que después se expresan en palabras, y en algunos casos se intensifican hasta alcanzar proporciones incontrolables de violencia.
La gente dice que quiere paz en el mundo, pero ¿qué clase de paz desea? La gente pide la paz, pero ¿quién es responsable de la paz? ¿Puede ser un instrumento para la paz aquel que permanece intranquilo? La autenticidad de la acción depende de la autenticidad de la persona. Actualmente, los políticos se dedican a establecer, promover y resguardar la paz. Se invierte una tremenda cantidad de recursos humanos e investigaciones para restablecer la paz en el mundo. Incluso se otorgan premios a los que hacen una labor por la paz. Se ha enfatizado el valor de la paz precisamente por la gran falta de paz que existe, la cual se ha infiltrado en nuestra vida con mayor profundidad de lo que nos atrevemos a admitir.
En su forma más conocida, la falta de paz puede sentirse como estrés y presión debido a las responsabilidades familiares, laborales, sociales y a otras obligaciones. En su condición más grave, la intranquilidad se manifiesta en colapsos, nervios , adicciones, abusos, crímenes, desequilibrios emocionales y otros problemas psicosomáticos. Aunque la ciencia médica ha ayudado a aliviar los síntomas del estrés y la psicología ha contribuido al entendimiento de la psique, sigue existiendo una búsqueda genuina de una espiritualidad funcional y capacitadora que pueda producir en el individuo un estado mental de calma y relajación. Las cualidades internas y el poder del pensamiento de los seres humanos se reconocen rápidamente como herramientas para tratar con el mundo y con sus crecientes demandas. En el proceso de curación, se examina la salud desde una perspectiva integral, asociando ambas energías: la física y la espiritual. Aunque se goce de salud física, los recursos espirituales se aprovechan con el fin de mejorar las habilidades personales y las relaciones interpersonales.
La promesa de paz
La promesa de paz ofrece esperanza, pero como el mercurio, a veces parece resbaladiza y evasiva. Estamos en una encrucijada de la civilización humana. Por un lado, las cosas se están desintegrando con rapidez. Esto se manifiesta a través de las guerras, las contiendas, los disturbios, las limpiezas étnicas, etc. Sin embargo, por otro lado, una integración casi invisible que implica alternativas y nuevas posibilidades está uniendo las piezas. Restablecer la paz en el ámbito social, económico, político y otros aspectos de la sociedad supondrá contemplarla desde dos niveles: el externo y el interno. La educación para la paz, la resolución de conflictos y todas las iniciativas de paz deben tener en cuenta la conexión fundamental entre los individuos y la paz mundial. Los programas y proyectos deben destacar la paz individual, ofreciendo medios proactivos y prácticos para la consecución de la paz, comenzando por el primer paso: conocerse a uno mismo.
La paz es el cimiento, la base fundamental sobre la que se erige una sociedad sana y funcional. La paz es la principal característica más destacada de una “sociedad civilizada,” y el carácter de esta sociedad puede verse a través de la conciencia colectiva de sus miembros. Una civilización puede ser el paraíso o el infierno dependiendo de la conciencia de sus miembros. La conciencia crea la cultura - sus normas, valores, y sistemas - y la conciencia puede transformar la cultura.
Finalmente, cuando todas las mentes estén orientadas y estabilizadas en la única Fuente de paz eterna y sincronizadas en todo el mundo, el eco de la paz emitida desde el silencio repetirá, “¡SE DECLARA LA PAZ MUNDIAL!” 
JESUS TE AMA, DIOS ES AMOR


LA PAZ



PAZ (Del latín pax, pacis. Paz, tranquilidad, perdón, permiso.) f. Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
2. Pública tranquilidad y quietud de los estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia.
3. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra.
4. Sosiego y buena correspondencia de unos con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.
5. Reconciliación, vuelta a la amistad o a la concordia.
6. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones.
7. Genio pacífico, sosegado y apacible.

Tomado de Diccionario de la Lengua Española.
Real Academia Española

LA PAZ

La paz es el fruto de la sana convivencia entre los seres humanos. Para hacerla posible es necesario un ordenamiento social justo, en el que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse como personas y les sean respetados sus derechos fundamentales. Los que practican la paz saben que ésta no es simplemente la ausencia de conflictos, pues los hombres siempre han sido y serán conflictivos, sino la capacidad de manejar dichos conflictos y superarlos por medio de métodos no violentos como la protesta pacífica, el diálogo y la negociación.

Para vivir en paz...

- La intransigencia, el fanatismo y la arrogancia de ciertas personas o grupos que pretenden imponer por la fuerza, sus ideas, su estilo de vida y sus creencias al resto de la población.
- Los atropellos, las injusticias, los crímenes y los horrores de todo tipo que se cometen contra los civiles indefensos por parte de quienes se tornan intolerantes ante las ideas ajenas y promueven los enfrentamientos armados.
- Las actividades ilícitas como el tráfico de armas, que financian las guerras, así como la indiferencia absoluta hacia el género humano de quienes manejan dichos negocios.
La violencia

La violencia es el uso de la fuerza para resolver los conflictos. En la mayoría de los casos aparece como resultado de la intolerancia y el desconocimiento entre personas de ideas, etnias, clases sociales, culturas o religiones diferentes. Incapaces de escuchar o aceptar opiniones o puntos de vista distintos de los suyos, los violentos se niegan a toda forma de diálogo o entendimiento y tratan de imponerse a como dé lugar, no importa si para ello tienen que amenazar, maltratar, aterrorizar e incluso asesinar a los que se les oponen.

Los frutos de la violencia, desde los tiempos más antiguos, no han sido otros que el odio, la destrucción y más violencia. Entre todos los antivalores, la violencia es el que más nos deshumaniza, llegando a convertimos en ocasiones en verdaderos monstruos.

Obstáculos para la paz...

-La intransigencia, el fanatismo y la arrogancia de ciertas personas o grupos que pretenden imponer por la fuerza, sus ideas, su estilo de vida y sus creencias al resto de la población.
- Los atropellos, las injusticias, los crímenes y los horrores de todo tipo que se cometen contra los civiles indefensos por parte de quienes se tornan intolerantes ante las ideas ajenas y promueven los enfrentamientos armados.
- Las actividades ilícitas como el tráfico de armas, que financian las guerras, así como la indiferencia absoluta hacia el género humano de quienes manejan dichos negocios.

Los pacíficos son cordiales, tolerantes, fuertes, justos, flexibles, ecuánimes.

Los violentos son hoscos, intransigentes, injustos, crueles, desalmados, tercos, insensatos.

Proverbios…

Palabras de paz: “¡Nunca más la guerra! ¡No, nunca más la guerra!, que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y trastorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí una secuela de rencores y odios y hace más difícil la justa solución de los mismos problemas que la han provocado…”. (Fragmento de una Encíclica de Juan Pablo II)

“El respeto al derecho ajeno es la paz”. (Benito Juárez)

“La paz es un bien tal, que no se puede desear otro mejor, ni poseer otro más útil”.

De la sabiduría popular: “La guerra sólo trae dolor y muerte”, “En pelea de dos, un tercero saca tajada”.

“La ira, si no es refrenada, es frecuentemente más dañina para nosotros que la injuria que la provoca”. (Séneca)

“Más vale acabar con las querellas, pues, muy a menudo, el resultado es fatal para ambas partes”. (Esopo)

“Aquél que no perdona a otros, destruye el puente sobre el cual él mismo debe pasar; porque todos los hombres necesitamos ser perdonados”. (Lord Herbert)

Personaje…
Mahatma Gandhi
Resistencia no-violenta

Oriundo de Porbandar, India, donde nació en 1869, Monadas Karamchand Gandhi sorprendió al mundo con su forma pacífica de luchar por los ideales de independencia de su país frente a la dominación británica. Resistencia no-violenta se llamo a esta táctica, usada por primera vez por Gandhi y sus seguidores como un arma política de gran poder, en la que la fuerza del espíritu superó a la de los fusiles. La resistencia no-violenta, o no-violencia activa, como también se le conoce, consistía en protestar y oponerse a las injusticias por medio de marchas, manifestaciones, ayunos y desobediencias, todo en medio de una gran serenidad y valor y sin derramar una sola gota de sangre. Así, Gandhi y sus seguidores lograron derrotar a los soldados británicos, que al principio reprimieron violentamente a los manifestantes y sembraron la muerte entre ellos, pero luego se sintieron confundidos e impotentes al darse cuenta de que sólo sabían matar y esto no servía para nada.
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y ellos guiaran tu vida
La Paz
Un valor fundamental para las personas, las familias y las naciones ¿Cómo puede cultivarse este valor desde nuestro interior?
Vivir la fraternidad y la armonía entre los seres humanos son los ideales de paz que más se predican, en contraposición al desastre, la guerra y a todo género de conflictos. Pero la paz no comienza desde fuera, sino desde dentro. No depende de las decisiones de altos funcionarios sino de lo que llevamos en el interior.

La paz es un valor que suele perderse fácilmente de vista. Cuando una nación entra en conflicto con otra y tenemos que vivir sus consecuencias o cuando en la familia los problemas o pleitos comienzan a surgir comenzamos a apreciar el valor que tiene la paz.

La paz puede verse a nivel internacional o a nivel personal, pero en cualquier perspectiva debemos entender que no surge como producto de un "no meterse con nadie", con un dejar hacer a los demás para que me dejen "vivir en paz". La calma y tranquilidad tampoco se da, necesariamente, como producto de convivir con personas afines.

Las dificultades entre los seres humanos suele ser algo común. Quien no sabe vivir en paz generalmente lo identificamos como una persona conflictiva porque:

- Es imposible llegar a un acuerdo, aunque sea pequeño y de poca importancia.
- Tiene una marcada tendencia a buscar en las palabras y actitudes un doble propósito, normalmente negativo.
- Se siente aludido y agredido ante cualquier circunstancia, y más si esta en contra de sus intereses.
- Busca por todos los medios "salirse con la suya" aunque este equivocado.
- En el trabajo o los negocios crea dificultades inexistentes.
- Discute con facilidad.

Vivimos en una época en la que se habla mucho de armonía y paz interior. Sin embargo pocos mencionan que una de las mejores formas de alcanzar estos ideales es mediante el espíritu de servicio hacia los demás. La paz es el fruto de saber escuchar, de entender las necesidades ajenas antes de las propias.

Mucho de la paz que podamos vivir con los demás radica en nuestra forma de expresarnos. En algunos momentos tenemos el impulso de hacer notar los errores de nuestros interlocutores sin saber todo lo que tienen que decir, provocando discusiones y resentimientos. Expresar nuestro punto de vista en el momento oportuno, facilita la comunicación y aumenta las posibilidades de superar las dificultades, pues ambas partes se sienten escuchadas.

Del mismo modo ocurre cuando se hace necesaria la corrección de una actitud: el disgusto nos mueve a reprender en el momento sin medir las palabras que utilizamos. ¿Cuántas veces nos hemos arrepentido por la excesiva dureza que tuvimos con nuestros subalternos, hijos o compañeros? La pérdida de la paz interior consecuente, se debe a la intolerancia e incomprensión que mostramos, generando una imagen negativa y tal vez altanera de nuestra persona. Por eso es importante pensar con serenidad antes de tomar cartas en el asunto.

Una de las grandes fuentes de la paz, o de la guerra, está en la familia. Los esposos deben ser conscientes que al crear el vínculo conyugal, se comienza a dar la fusión de distintas costumbres y formas de pensar. El arte de convivir, olvidarse del afán de dominio y buscar el justo medio entre las diferencias, trae la armonía como consecuencia. En otras palabras: es necesario aprender a conversar y obtener propósitos de mejora concretos que beneficien a todos en la familia.

En cuanto a la paz familiar, no olvidemos que todas las actitudes de los padres se reflejan en los hijos, por eso es importante:
- No discutir o quejarse de los demás delante de ellos;
- Saber sonreír aún en las dificultades;
- Evitar que todos sufran las consecuencias de nuestro mal humor;
- Enseñar a disculpar;
- Crear las condiciones para hacer agradables todos los momentos de convivencia.

De igual manera, en las relaciones de amistad debe procurarse la buena convivencia. En una reunión de amigos que ven un partido de fútbol es fácil ver discusiones que comienzan sobre la decisión que tuvo el árbitro en alguna jugada. En pocos minutos puede crecer la molestia, la palabrería descuidada y al cabo de pocos minutos: fin de la reunión. A veces la paz es así de frágil.

Como en todos los valores, se requiere la iniciativa personal para lograr vivirlos. La paz interior surge como un producto del conocimiento propio: aprender a dominar nuestro egoísmo y el deseo de tener siempre la razón; saber escuchar y comprender las debilidades propias y ajenas. Pero sobre todo: pensar en los demás siempre. Cuando esto ocurre conciliamos la paz con nosotros mismos y con nuestros semejantes. 

Mensaje del Secretario General con motivo del inicio de la cuenta regresiva de 100 días hasta el Día Internacional de la Paz (21 de septiembre de 2012)

Hoy comienza la cuenta regresiva de 100 días hasta la celebración del Día Internacional de la Paz, en que exhortamos a los combatientes de todo el mundo a que depongan las armas y traten de encontrar soluciones pacíficas a los conflictos en que están involucrados.
El Día Internacional de la Paz, que todos los años se celebra el 21 de septiembre, nos brinda a todos la oportunidad de reflexionar sobre la abrumadora carga moral, física y material de las guerras, carga que soportamos en el presente y que también pesará sobre las generaciones futuras.
Por este motivo, el tema de este año es “Una paz sostenible por un futuro sostenible”, que pone de relieve el hecho de que la construcción de un futuro sostenible es impensable sin una paz sostenible. Los conflictos armados atentan contra los pilares mismos del desarrollo sostenible y privan a las personas de la oportunidad de desarrollarse, crear empleo, proteger el medio ambiente, luchar contra la pobreza, reducir los riesgos de desastres, promover la igualdad social y asegurar que todos tengan los alimentos que necesitan.
De hoy en una semana, cuando comience la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro, el mundo tendrá la oportunidad de defenderse. Río+20, que movilizará a decenas de miles de políticos, responsables de formular políticas, activistas sociales y líderes del mundo empresarial, entre otros, puede ayudarnos a crear una hoja de ruta mundial en pro de un futuro sostenible, el futuro que todos deseamos.
Queremos un futuro en que los recursos naturales estén protegidos y valorados, en lugar de ser utilizados para financiar guerras; en que los niños puedan recibir educación en las escuelas y no ser reclutados por los ejércitos; en que las desigualdades económicas y sociales se resuelvan mediante el diálogo en lugar de la violencia.
Si este es el futuro que queremos construir, debemos desempeñar el papel que nos ha sido asignado. Insto a todos a que, desde ahora y hasta el 21 de septiembre, pensemos en cómo podemos aportar nuestro grano de arena. Trabajemos de consuno para que el camino que comienza en Río nos lleve a un desarrollo sostenible, una paz sostenible … y un futuro seguro para todos.
Ban Ki-moon, 13 de junio de 2012

La paz interior.

Uno de los objetivos más elevados en el viaje de la Página de la Vida es conseguir transmitir las herramientas para alcanzar la paz; la paz interior, “la paz que supera toda comprensión”.
Pero uno de nuestros primeros descubrimientos cuando emprendemos el camino de la superación es la guerra que mantenemos con nosotros mismos. Nos enfadamos por nuestros errores; estamos resentidos por nuestras debilidades; nos resistimos a hacer realidad nuestras aspiraciones más elevadas. Queremos progresar en todas las áreas de la vida, pero no nos gusta su precio.
La resolución de estos conflictos estriba en el discernimiento de “lo que es” y ello nos lleva ineludiblemente a la Paz Interior.
La Paz Interior. Vivir conociendo esta cualidad profunda, aunque sutil, es estar tan bien sintonizado con el poder espiritual de la compasión y del amor que seamos contados entre los más próximos a vivir la plenitud de sus posibilidades Divinas. Pero ¿qué es esta paz personal e interior? Y ¿cómo podemos encontrarla?
La paz personal es ese sentido interior, etéreo, de bienestar emocional y espiritual, esa tranquilidad profunda que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes, inútiles o amenazantes, y alcanzar a comprender la realidad de “lo que es”.
La paz personal subjetiva, pero muy real, es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo y somos conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida.
La paz interior es el conocimiento de que todo está bien, la compresión de que el Ser Universal lo tiene todo bajo control, aun cuando nuestro mundo parezca a punto de explotar. Nos llega cuando nos apartamos mental, emocional y espiritualmente, y a veces físicamente, de los embrollos mundanos, de los conflictos o de nuestras responsabilidades mal comprendidas.
La paz interior se convierte en una realidad cuando trasladamos nuestro centro desde los problemas que no podemos resolver hasta una visión más elevada de compresión del porque. Trascendemos. En este traslado, dejamos caer la tristeza y las preocupaciones. La dicha que queda es la paz.
Si queremos recorrer con éxito el camino que nos lleva a la paz interior, tendremos que desmontar algunos de los obstáculos personales que nos atenazan; el miedo al futuro y las lamentaciones por el pasado no son más que los primarios. El viaje completo a la paz interior significa que también tenemos que superar los baches de la envidia, los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la terquedad y los puentes helados de la rigidez. Pero debemos viajar. El viaje hacia la paz personal no se realiza en un coche aparcado.
¿El camino de la paz? Pasa por la meditación trascendental o la oración en meditación, que es una disciplina olvidada y mal comprendida. La meditación en oración es una manera excelente de desarrollar la conciencia aumentada en todas las áreas de la vida. Pero es fundamental para alcanzar la paz interior y para conservarla.
Cuando nos atrapan las preocupaciones, o las actitudes de ataque o defensa, estamos desertando, en la práctica, de nuestras posibilidades de alcanzar ese bienestar. La persona que está bien no está en casa. Por ejemplo, podemos estar conduciendo, rabiosos por el tráfico, y perdernos por completo la hermosa puesta de sol. En lugar de verla, nos centramos en escenas interiores de preocupación y de miedo.
La meditación y la meditación en oración nos ayudan a trasladar nuestra atención al momento presente y al control de nuestra mente y de nuestro espíritu. Nos vuelve a traer a casa. Podemos soltar nuestras preocupaciones y estar abiertos y conscientes de la presencia divina. No conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior. Destinar un rato cada día a esta actividad será el mejor de los remedios para todos los males que acechan al hombre actual.
Los avatares de la vida cotidiana consumen un esfuerzo enorme. Los conflictos interiores agotan nuestros recursos. Se pierde la paz. Nos quedamos tan inmersos en la resolución de esta guerra interior que nos queda poca energía para hacer en el mundo algo más que ir tirando. Y existen momentos en los que incluso ir tirando es difícil.
El problema no es que falte energía, aunque nos sintamos cansados y fatigados. Tenemos la energía. El problema es que ésta está fragmentada. Necesitamos claramente encontrar una base firme para nuestro bienestar interior. La Paz Personal es esa base.
De modo que declaramos una tregua interior. Nos permitimos momentáneamente retirarnos de la batalla encarnizada. Nos tomamos un tiempo de sosiego. Somos conscientes de nuestras batallas y de nuestro agotamiento
Esta conciencia nos sitúa en una encrucijada decisiva. Uno de los caminos conduce de nuevo a la batalla. El otro conduce al distanciamiento, a la liberación y a la paz interior.
El camino de la reflexión y la meditación nos lleva a una nueva perspectiva. Nos damos cuenta de que nuestros conflictos interiores no son eternos. Pero no debemos mantenernos distanciados de nuestro deber de obrar. La energía que alimentó antes nuestra encarnizada batalla interna puede ser utilizada ahora para vivir creativamente. Con la práctica, nos volvemos centrados y serenos. Nuestra energía emocional y espiritual se dispara entonces hasta las nubes. Y estamos preparados, recargados, renovados para prestar servicio a nuestro mundo.
La paz personal engendra energía. Nuestro incremento eficaz de energía física y espiritual es consecuencia de nuestro descubrimiento de la paz interior. Y su empleo más efectivo significa que tenemos menores probabilidades de derrochar sus preciosos recursos en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades e indecisiones. Éste es un paso de gigante hacia la paz interior al nivel espiritual más elevado.
Cuando avanzamos por el camino de la paz interior ésta nos ayuda a convertirnos en verdaderos pacificadores; pero no en el sentido habitual de resolver las contiendas de otras personas o de otros pueblos. Por el contrario, nos convertimos en pacificadores cuando producimos la serenidad en nuestras almas. Entonces nos llenamos de un poder positivo, de un espíritu que nos carga de energía. Y cuando esa energía se utiliza para el bien, aumenta. Satisfará todas nuestras necesidades, y fluirá para ayudar a otros.
Creemos que la paz interior, que la paz personal es la energía vibrante que puede curar al mundo, que puede producir la paz entre las naciones. Creemos que la paz interior, la paz personal, puede traer al mundo una armonía duradera.
En realidad, los actos sencillos son las cosas que cambian nuestras vidas y nuestro mundo. La búsqueda consciente de la paz es uno de ellos. Si nos tomamos en serio la búsqueda de la paz interior nos convertiremos en libertadores.
Liberemos, renovemos.

Paz


La paloma con el ramo de olivo es un símbolo de la paz.
Alegoría de la Paz de Valeriano Salvatierra (Prado, Madrid).
La palabra paz deriva del latín pax. Es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra.
Desde el punto de vista del Derecho internacional, y por extensión de la definición anterior, el término Paz es un convenio o tratado que pone fin a la guerra (como por ejemplo, el proceso de Paz de Westfalia).
Puede hablarse de una paz social como entendimiento y buenas relaciones entre los grupos, clases o estamentos sociales dentro de un país. En el plano individual, la paz designa un estado interior, exento de cólera, odio y de sentimientos negativos. Es, por lo tanto, deseada para uno mismo e igualmente para los demás, hasta el punto de convertirse en un saludo (la paz esté contigo) o una meta de vida.
La Paz es también una parte de la liturgia católica.


hoy amanecí romántico

ORACIÓN PARA MI ESPOSA YENEDAL


Un día Señor
con tu bendición me diste una esposa que se volvió carne de mi carne y sangre de mi sangre.
Te agradezco por todo lo que ella representa en mi vida.
Esta es la oración para mi Esposa
Hazme comprender Señor que por ser ella diferente de mi y por tener sus cualidades exclusivas, signifique tanto para lo que yo soy.
Necesito su amor y sensibilidad para realizarme con armonía .

Prometo Señor hacer cuanto pueda para cumplir bien mi papel de esposo junto a ella.
Te doy gracias Señor porque tú me enriqueces con el contacto continuo de sus sentimientos.

Bendice señor ésta oración para mi esposa

Me siento satisfecho y contento Señor por contar con el calor de su presencia, que ya se integró en mí ser y participa de todos mis proyectos.
Ardientemente te pido Señor que guardes con tu bendición siempre fiel y fuerte, nuestro amor, tu esposo…….Lionel  




¿Quieres Casarte Conmigo?



Mi Amor: ¿Quieres Casarte Conmigo?
Me amas Yene ?
Con todos tus sentidos ?
Y con la razón ……. ademas del corazón ?
Me amas ?…….
no por costumbre, sino por sentimientos verdaderos como yo?
Sentimientos que los siento a cada instante
Así también es que me amas?
Me amas?
en tu horizonte de vida hasta el final de nuestros días juntos ?.
Así como yo te visualizo, es así que me amas?
Y conforme a nuestras ilusiones me amas ?
Y si nuestras ilusiones demoran lo que tengan que demorar ?
Es así que también me sigues amando hasta el final como yo?
Me amas sin arrepentimientos como lo tengo decidido yo ?.
Resultando mas una convicción que una emoción?
Me amas al igual que yo te amo ?
Perseguirás y persistirás a mi lado y yo al tuyo
en buscar del fruto de nuestro amor,
tarde lo que tarde en llegar?
Y estas dispuesta a tolerar mis berrinches de brujo oculto ?
Y a no arrepentirte como lo tengo asumido yo
que no me queda otra opción que tolerarte
así esté con las bolas hinchadas y con los nervios rotos?
Eres para mis ojos la mujer
mas amorosa y encantadora que le da a mi vida brillo
e inyectas en mi alegría de vivir
Por el amor que nos une si todo eso es así
Quieres casarte conmigo Yenedal ?





Junto A Ti


Amor…….Tu Eres Mi Oportunidad
quiero estar junto a ti

Estar Junto A Ti


Mi Amor,
Gracias por tu postal de reflexión, me ha gustado mucho
y todo cuanto me das de ti, es hermosa.
Si, si mi amor…estar junto a ti.
Demos gracias juntos al Señor por la oportunidad que nos brindó de conocernos
y seguir cultivando éste amor bendito que nos tenemos.
La enseñanza entró ya en mi corazón y me sirva para vivir mi vida junto a ti
a plenitud y gozo.
Pues me doy cuenta de la persona maravillosa que tengo a mi lado
y eres tú esa persona.
Mi vida tiene otro sentido, tu me lo has dado… Estando junto a ti.
Aun a lo lejos, nos reímos juntos, enriquecemos nuestras experiencias,
nuestras charlas son abundantes, y aprendemos a ser pacientes
con nuestros defectos.
No estamos juntos pero pronto cuando lo estemos tendremos otra oportunidad más,
para manifestarnos más ricamente, mas sabiamente, mas enamorados de lo que estamos.
Me doy cuenta cariño mío, que Nuestro Padre es generoso y bondadoso
que nos da oportunidades cada día para ser felices.
Quiero que llegue la oportunidad de seguir sintiendo toda mi vida
la emoción de verte cada día,
sé que juntos huiremos de la costumbre y monotonía, pues eres importante para mi cielo,
y te valoro en mi vida desde que nos conocimos, y estaré pendiente a ti cada día de mi vida,
eres mi enamorada eterna, mi esposa de cada día, querer mirarte a los ojos cada instante,
querer saber que te falta, que te molesta, quiero emocionarme siempre al besarte….
quiero pasar junto a ti por todas éstas oportunidades,
pues son eso y no dejaré que se vayan.
Quiero hacerte feliz……y ser yo muy feliz, como lo soy ya contigo amor de mi vida.
Es la otra oportunidad que nuestro Padre tiene para nosotros…… para Mi. AMÉN.
Junto A ti quiero Estar
junti a ti mirando el mar




HOY ESTUVE PENSANDO EN TI, EN EL MARAVILLOSO SER QUE ERES…..

FLORES PARA TI
HOY ESTUVE PENSANDO EN TI

Todo momento del día es bueno para decirte……….

lo muy importante que eres para Mi,

Que Sigas pasando un Bonito Día.

 Judith Te amo amor mio...








sábado, 8 de septiembre de 2012

¿Qué es mentir? ¿Porqué mentimos?

 
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Estaba llegando a mi casa y me encuentro con mi hija, quien justamente iba saliendo.
 Me doy cuenta que está abrigada con mi amado poncho; la miro fingiendo enojo, ella sonríe cómplice y me dice con una expresión adorable: … “es que Papá, tu poncho es tan calentito, rico… ¡me encanta!”
Iba donde su abuela y allá se quedaría a dormir.
“Quédate tranquilo que mañana te lo traigo”, me dio un beso y se fue.
Pasaron algunos días y pasé a visitar a mi suegra y de repente me doy cuenta que mi preciado poncho estaba tirado en una pieza, arrugado y triste.
Llegando de vuelta a mi casa llamé a mi hija a su celular y le pregunto por mi poncho. Yo estaba muy molesto.
 Ella me dice:
“Ah, sí. Mira, no te preocupes, lo estoy usando ahora y en un ratito más, cuando llegue a casa te lo entrego”
 “¿Entonces de quién es este poncho arrugado, igual al mío y que hace una hora vi en la casa de tu abuela?”, le pregunto.
 Mi hija mintió.
Después de las típicas rabietas lo conversé con ella. Me decía que para ella eso no era mentir, que sólo fue para evitar que yo me enojara y la retara por teléfono y que finalmente igual me hubiera llevado el poncho ¿cuàl era el problema? ("Más vale una mentira que te haga feliz que una verdad que te haga llorar")
Mentir para ella correspondía a algo más grave
Tal vez tenía razón, sin embargo igual le pregunté:
“y qué habría pasado, si por ejemplo tú llamas a Javier (su enamorado), le preguntas con quién está y el te responde – con mi papá –  y por casualidad al otro día te enteras que Javier en realidad estaba con Rodrigo, un amigo al quien tu apenas conoces y que a lo mejor te produce desconfianza.
Entonces cuando hablas con Javier él te dice que lo hizo para que no te molestaras o le discutieras por teléfono.
 ¿Te daría igual?,¿lo entenderías?
 Seguramente no y en ese momento la confianza sufrirá irremediablemente una trizadura.
Entonces ¿qué es mentir?
Podríamos decir que mentir es un acto de engaño según el observador que somos, lo que es mentira para mi puede no serlo para otros.
 Esto significa que la distinción del mentir depende de nuestra escala de valores.
 - Yo le mentí a fulano para no causarle un problema
-  Yo le mentí a mi mamá para que no que se amargara.
-  Yo le mentí a mi papá porque de lo contrario no me hubiera dado dinero.
-  Yo le mentí a mi jefe, porque se lo merecía.
Mentimos cuando por medio del engaño conseguimos algo que nos falta y que otro puede darnos, y esto no sólo concierne al fenómeno del dinero sino a cualquier necesidad que satisfacemos por medio del engaño.
Los seres humanos mentimos constantemente, basta observarnos en lo que hacemos para ir descubriendo las pequeñas mentiras cotidianas. Esto sucede constantemente y la mayoría de las veces ni siquiera lo reparamos, porque esas mentirillas las consideramos necesarias, nos evitan problemas mayores y además no son “tan graves”.

Lo que para nosotros no es tan grave para los otros sí puede serlo, basta observar la reacción de alguien que nos descubre para que a su vez nos invada de inmediato la vergüenza. Porque la mentira por muy pequeña que sea está hablando a gritos de nosotros mismo y para peor otorga una licencia inmediata para que el otro también nos mienta. Tú me mentiste, yo te miento.
La mentira es una emoción. Es la emoción del engaño.
La emoción de mentir tiene siempre como compañero al miedo. El miedo de ser descubiertos. El miedo a que nuestra imagen se derrumbe.En una palabra: el miedo a las consecuencias.
Después de mentir concientemente a alguien que queremos, nada será igual.La emoción de mentir es tan dañina como el resentimiento.
Nos mentimos también así mismos y nos prometemos hábitos y cambios que no cumplimos.
Cuando mentir no nos duele, lo hacemos habitualmente y corremos el riesgo enorme de acostumbrarnos cada vez más a ello. Las mentiras suben de tono y las consecuencias cada vez serán peores. Sostener una mentira en el tiempo puede transformarse en una verdadera pesadilla. El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.
Las estafas o la infidelidad por ejemplo, son mentiras peligrosas. Podemos perder nuestra libertad, o perder a quien amamos y dañar irremediablemente al prójimo.
 La mentira es un acto temerario al cual nos podemos volver adictos.¿Qué podemos hacer frente a ella?

El gran Mahattma Gandhi escribió el siguiente cuento acerca de la mentira:

La Mentira Descubierta
(Una historia de Mahatma Gandhi)
Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado en las afueras, a 18 millas de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar.
Estábamos el interior del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mí, siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.
Un día mi padre me pidió que le llevara a la ciudad para asistir una conferencia que duraba el día entero y yo aproveché esa oportunidad.
Como iba a la ciudad mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes, como llevar el auto al taller.Cuando me despedí de mi padre él me dijo: Nos vemos aquí a las 5 p.m. y volvemos a la casa juntos.Después de completar muy rápidamente todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me concentré tanto en la película, una película doble de John Wayne, que me olvidé del tiempo.
Eran las 5:30 p.m. cuando me acordé. Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p.m.
Él me preguntó con ansiedad:
  - ¿Por qué llegas tarde?.
Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne; entonces le dije que el auto no estaba listo y tuve que esperar... esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.
  - Algo no anda bien en la manera como te he criado puesto que no te he dado la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar que es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 18 millas a la casa y a pensar sobre esto.
Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos que no estaban ni pavimentados ni alumbrados. No lo podía dejar solo... así que yo conduje el auto 5 horas y media detrás de él... viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.
Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir. Muchas veces me acuerdo de este episodio y pienso... Si me hubiese castigado de la manera como nosotros castigamos a nuestros hijos ¿hubiese aprendido la lección?.
¡No lo creo! Hubiese sufrido el castigo y hubiese seguido haciendo lo mismo. Pero esta acción de no violencia fue tan fuerte que la tengo impresa en la memoria como si fuera ayer.
¡Éste es el poder de la vida sin violencia!